sábado, 21 de abril de 2012

Verdades

Recuerdo aún la tarde en que Camila, mi amiga a la que llamaré así, llegó a la oficina con los ojos llorosos y con signos de no haber podido dormir nada toda la noche. Le pregunté qué le había pasado y ella sólo dijo se acabó.
¿Se acabó? pero qué acabó me preguntaba por dentro. Era inimaginable lo que ella continuaría diciendo pero era la cruda verdad.

El día de las elecciones presidenciales fue en un bus hasta su lugar de votación sin pensar que luego de 4 años su vida daría un giro de 360°.
Ahí estaba él. Acariciando unas delicadas y cortas manos, dándole besos por montones, sonriéndole frente a frente y dándole fuertes abrazos: era su hijo. El hijo que jamás le contó que tenía.
De pronto el sol de aquella tarde parecía que se había ido y nubes tormentosas se posaban sobre ella que parecía que se desvanecería.
El bus siguió avanzando y ella no salía del shock hasta que pudo recomponerse  y decidió bajarse pero todo el tumulto de gente, vendedores de cigarros, votantes que iban y venían y su estado emocional no permitieron encontrarlo.
Lástima pensó porque nunca lo aceptaría pero sabía que debía ser fuerte y decidir.

Han pasado ya casi 2 años y aún lo recuerda pero sabe que nunca podrá perdonar que no le haya contado la verdad. Él decía que era su pasado y tuvo miedo de decírselo porque lo dejaría pero ya ves. La verdad siempre sale a la luz y trae consecuencias. La lealtad en una pareja es irrompible. Acaso ¿puedes tú romper un florero y dejarlo como si nada hubiera pasado? Difícil dijo ella.

No recuerdo quién me dijo que piense bien lo que hago hoy porque en un futuro, este será mi pasado y no se sabe qué consecuencias traerá consigo.

He llegado a este post que me gustó bastante. Apto para personas que quieren ser felices en un matrimonio y/o unión de pareja saludable y bondadoso: http://psicologosperu.blogspot.com/2011/10/matrimonios-por-siempre.html